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Lugar para jugar: La granada

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Microcrónicas de la vida cotidiana. No hay comentarios.:. Suscribirse a: Comentarios de la entrada (Atom).

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Lugar para jugar: El hombre de la cicatriz

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Microcrónicas de la vida cotidiana. El hombre de la cicatriz. No hay comentarios.:. Suscribirse a: Comentarios de la entrada (Atom). El hombre de la cicatriz.

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Lugar para jugar: noviembre 2008

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Microcrónicas de la vida cotidiana. La policía lo apresó exitosamente minutos después del hecho. Mientras tanto, la muchedumbre que observaba escandalizada escondía involuntariamente al verdadero culpable, que pungaba burlón y sutil los bolsillos ajenos mientras ponía cara de horror por el espectáculo de tener, frente a él, al mismísimo rostro del delito (atrapado). Él viene, ella se va. Suscribirse a: Entradas (Atom). Él viene, ella se va.

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Lugar para jugar: enero 2010

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Microcrónicas de la vida cotidiana. Su corazón no encontraba palabras de consuelo para expresar su estado de ánimo; tan solo una declamación, más acto que otra cosa, trazada impulsivamente en la pared de una calle cualquiera). Suscribirse a: Entradas (Atom).

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Lugar para jugar: agosto 2008

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Microcrónicas de la vida cotidiana. Cause they all drive. Un segundo me retraso a levantar la moneda para el colectivo. Cuando enderezo el cuerpo, descubro -espectador- el indecible destino en forma de accidente llevándose sus cuerpos y no el mío, que había sido desplazado de la escena por un reflejo imperceptiblemente cotidiano un segundo atrás. Suscribirse a: Entradas (Atom). Cause they all drive.

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Lugar para jugar: junio 2008

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Microcrónicas de la vida cotidiana. El peso del destino. La sentencia era clara a pesar de encontrarse en tan extraño lugar, labrada en electrónicos puntos negros sobre una pequeña pantalla verde. Me quedé paralizado y, mientras retenía la respiración en lo hondo, vi pasar mil distintos futuros. Finalmente, mordiéndome las palabras, lo dije:. Un peso, por favor". Suscribirse a: Entradas (Atom). El peso del destino.

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Lugar para jugar: [ ]

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Lugar para jugar: septiembre 2008

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Microcrónicas de la vida cotidiana. El hombre de la cicatriz. Tenía los dedos mochos, hinchados, morados. Las uñas pintadas de un negro grosero y una parva de maquillaje barato en el rostro. Parecía una momia con anteojos de sol. La lancha se mecía de aquí para allá en movimiento constante y nauseabundo. Él se acercó. Peinó hacia atrás con la mano su pelo entrecano, extendió el brazo sobre el asiento y le dijo: "¿Viajando sola? En honor a Andre, viajera de los charcos. Te mira. La mirás.

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Lugar para jugar: junio 2010

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Microcrónicas de la vida cotidiana. El muchacho de porteña estampa se sentó en ese bar tan romano, en pleno barrio de Termini, y dijo sin vacilar -supo que estaba pidiendo el café adecuado en el lugar adecuado-, "io voglio un capuccino italiano", que el mozo le sirvió exactamente como se lo imaginaba:. Usted quiso decir «capuccino argentino, ¿verdad? La próxima pruebe il vero capuccino, cortesía de la casa". Al amigo Pica, que originó esta historia. Suscribirse a: Entradas (Atom).

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Lugar para jugar: Él viene, ella se va

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Microcrónicas de la vida cotidiana. Él viene, ella se va. No hay comentarios.:. Suscribirse a: Comentarios de la entrada (Atom). Él viene, ella se va.